Success Story

Un observatorio volante transmite información a través de convertidores MICROSENS

Es difícil imaginar un uso más emocionante para un convertidor de medios: en el único observatorio volante del mundo, los componentes de fibra óptica de MICROSENS garantizan un intercambio de datos sin problemas. El Observatorio Estratosférico Germano-Americano de Astronomía Infrarroja (SOFIA) se encuentra en un Boeing 747SP modificado y alberga un telescopio infrarrojo de 17 toneladas. Este es el corazón del observatorio y constituye la contribución alemana a este proyecto conjunto de la NASA y el Centro Aeroespacial Alemán (DLR). Por parte alemana, la coordinación científica y operativa corre a cargo del Instituto SOFIA de la Universidad de Stuttgart.

Conocer mejor la formación de las estrellas y el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, son dos de los ambiciosos objetivos del proyecto SOFIA. La radiación infrarroja proporciona información importante al respecto. Aunque invisible a simple vista, nos permite sacar conclusiones sobre la composición de las estrellas, las temperaturas que imperan en ellas y cómo se desarrollan las nuevas estrellas. Sin embargo, la radiación infrarroja no puede medirse desde el suelo. El principal obstáculo es el vapor de agua de la atmósfera terrestre. Para evitar este problema, las mediciones deben obtenerse desde el exterior de la atmósfera terrestre o, al menos, desde el interior de la estratosfera. Las mediciones desde fuera de la atmósfera terrestre se obtienen mediante los llamados telescopios espaciales. Sin embargo, una exploración desde la estratosfera ofrece una aplicación más flexible. El telescopio de infrarrojos se diseñó y construyó estrictamente con esta idea en mente.

 

    Los científicos alemanes se enfrentaron a numerosos retos, no todos de naturaleza astronómica. También tuvieron que tener en cuenta muchos parámetros a la hora de elegir la tecnología de transmisión adecuada. Es cierto que el medio de transmisión que se utilizaría a bordo se seleccionó muy rápidamente. La fibra óptica ofrecía claras ventajas: Por un lado, el equipo de desarrollo quería que la solución fuera lo más ligera posible y, al mismo tiempo, evitar a toda costa las interferencias electromagnéticas para impedir cualquier falseamiento de los resultados que ofrecían los sensibles equipos de medición de a bordo. Sin embargo, incluso el uso de componentes estándar resulta una aventura en un entorno así. Por tanto, los convertidores de medios necesarios tenían que funcionar con un 100% de fiabilidad para no afectar a las mediciones.

    En realidad, la tarea de un conversor de medios no es tan espectacular: Lo único que hace es conectar cables de cobre con enlaces de fibra óptica. Los datos a transmitir se convierten físicamente de un medio a otro. Sin embargo, si esta conversión se realiza en un avión a unos 13 kilómetros de altura, y si los datos que hay que transmitir consisten en mediciones de la radiación infrarroja del espacio exterior, que deben proporcionar información sobre la formación de estrellas jóvenes, el proyecto adquiere de repente una dimensión completamente nueva. "Tenemos que garantizar una transferencia de datos fluida a bordo. Por eso ponemos el máximo cuidado en utilizar componentes de alta calidad", afirma el Dr. Holger Jakob, director del equipo de montaje del telescopio en el Instituto Alemán SOFIA (DSI). "Ponemos especial énfasis en la tolerancia a fallos y la fiabilidad". Llegados a este punto, los científicos se pusieron en contacto con MICROSENS. En primer lugar, la empresa está considerada como una de las pioneras de la tecnología de transmisión por fibra óptica. Y en segundo lugar, desarrolla todos sus productos en su propio laboratorio y luego los produce y prueba en sus propias fábricas cumpliendo las normas de calidad más estrictas.

     

    Sin embargo, antes de tomar una decisión definitiva, hubo que superar numerosos obstáculos. Debido a la normativa aeroespacial estipulada por ley, todos los sistemas de a bordo tuvieron que superar una serie de elaboradas pruebas de vibración, presión y temperatura. Al fin y al cabo, tanto la temperatura como la presión están sometidas a enormes variaciones durante los vuelos a 13 kilómetros de altura. La presión a la que se someten todos los componentes supera con creces los requisitos habituales. Pero incluso en estas condiciones, los sistemas funcionaron a la perfección. Mathias Moessner, coordinador del proyecto en el DSI, lo explica así: "La colaboración con los desarrolladores de MICROSENS en Alemania fue muy fluida. Se respondió a nuestras peticiones -y se aplicaron nuestros requisitos- de forma rápida y extremadamente precisa."

    Una red formada por una docena de convertidores de medios transmite todos los datos entre los sistemas de medición de a bordo, los sistemas de control de posicionamiento, el sistema de guiado por cámara y el sistema de accionamiento del telescopio. Para ello, algunos de los dispositivos tuvieron que montarse incluso en las partes móviles del telescopio. La ventaja decisiva que ofrecían estos sistemas radicaba en su diseño compacto, que facilitaba enormemente su instalación en las cajas electrónicas altamente compactas. El observatorio volante ha completado ya con éxito muchas horas de vuelo, y los científicos han logrado obtener algunas mediciones espectaculares. Los convertidores multimedia han cumplido su cometido sin problemas desde su primera aplicación en noviembre de 2010. Se han transmitido con éxito fascinantes imágenes infrarrojas del planeta Júpiter, la galaxia Messier 82 y la región de formación estelar M17SW. SOFIA ha estado incluso en Alemania. En septiembre de 2011, los visitantes pudieron ver SOFIA en el aeropuerto de Stuttgart. Los astrónomos han programado varios vuelos semanales para los próximos veinte años. Es de suponer que se transmitirán de forma fiable volúmenes de datos inimaginables hasta la fecha y que se obtendrán conocimientos apasionantes.

    SOFIA, el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja, es un proyecto conjunto del Centro Aeroespacial Alemán (DLR; bajo contrato 50 OK 0901) y la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) estadounidense. Encargado por el DLR, está financiado por el Ministerio Federal Alemán de Economía y Tecnología, sobre la base de una resolución del Parlamento Federal Alemán, y por el estado de Baden-Württemberg y la Universidad de Stuttgart. La operación científica está coordinada, por parte alemana, por el Instituto Alemán SOFIA (DSI) de la Universidad de Stuttgart, y por la Asociación de Universidades de Investigación Espacial (USRA), por parte estadounidense.

     

     

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    Sobre MICROSENS

    La transmisión de información a través de conexiones de fibra óptica aporta numerosas ventajas. MICROSENS GmbH & Co. KG se dio cuenta de ello muy pronto. Como una de las pioneras, la empresa lleva desarrollando y produciendo sistemas de comunicación y transmisión de alto rendimiento en Alemania desde 1993. Adaptados individualmente a los requisitos de los distintos ámbitos de uso e integrados en conceptos integrales para industrias concretas. Pero, sobre todo, cerca del cliente. Los retos técnicos de los proyectos de los clientes fluyen directamente hacia el desarrollo de los productos. Así es como se crean soluciones de automatización basadas en IP para edificios modernos, conceptos de red rentables para oficinas y centros de trabajo, soluciones robustas y a prueba de fallos para entornos industriales, sistemas de transporte óptico para redes de área extensa orientadas al futuro y el acoplamiento eficaz de ubicaciones y centros de datos.